De las 32 publicaciones de 2017 sobre la Sierra de Guadarrama o conservación de flora recopiladas en la Bibliografía, un número ciertamente notable, voy a centrarme en la aproximación al catálogo de la Dehesa Bonita de Somosierra (Lazaro et al. 2017). No por que sea el trabajo más importante o interesante pero si por intentar un estudio florístico de un paraje. Estudios cada vez más escasos pero que siguen siendo muy necesarios incluso en Madrid, que pasa por ser una comunidad bien estudiada por la cantidad (miles) de referencias con datos florísticos (Martín Castro 2015). Realmente se ha confundido la cantidad con la calidad, pues escasean los estudios florísticos completos que nos informen, o intenten por lo menos, de todas las especies que existen en un lugar, sabiendo que raramente se puede dar por bien estudiada la flora de un paraje. Obviamente si tuvieramos tal tipo de estudios de todos los sectores de Madrid (un número muy inferior al de reseñas recopiladas), entonces la unión de todos ellos nos daría una buena imagen de la flora regional y su distribución. Tales estudios son básicos para conocer las especies amenazadas y su estado de conservación.
Así es de celebrar cualquier nuevos estudio que tenga estos objetivos, especialmente cuando afectan a espacios de gran interés como es la Dehesa Bonita de Somosierra, condición ya apuntada en este blog y por otros autores (por ejemplo Ruiz de la Torre 1984; Bermejo 2006).
Los resultados destacados de Adrian Lázaro y coautores son: "Un total de 192 especies y subespecies identificadas. Cabe destacar la determinación de dos especímenes de Betula pendula subsp. fontqueri previamente catalogados como Betula alba e inscritos como árboles singulares de la Comunidad de Madrid. Igualmente, hasta donde hemos podido averiguar, se presentan las primeras citas en la Comunidad de Madrid para las especies Myosotis debilis, Ornithogalum bourgaeanum y Rubus vagabundus".
Hay que señalar que las cifras son más bien modestas, por lo que hacen bien en hablar de aproximación: para un paraje similar como el hayedo de Montejo se señalaron, con un criterio ciertamente amplio, unas 458 especies. La presencia de Betula fontqueri en Somosierra, junto con otras especies y subespecies de abedul ya la señalaron Manuel Peinado y Gerardo Moreno (1984), con una aproximación taxonómica cambiada en Flora Iberica (1990) por los mismos autores, y sobre la que todavía no se ha dicho la última palabra. Está bien determinar a que taxón corresponden los individuos del catálogo de arboles singulares madrileño. Rubus vagabundus también ha sido citado previamente de Madrid, en la flora madrileña de Javier Grijalvo (2016) y en la tesis sobre etnobotánica de la Sierra Norte de Laura Aceituno (2010), aunque no contienen citas precisas.
Hay que señalar que las cifras son más bien modestas, por lo que hacen bien en hablar de aproximación: para un paraje similar como el hayedo de Montejo se señalaron, con un criterio ciertamente amplio, unas 458 especies. La presencia de Betula fontqueri en Somosierra, junto con otras especies y subespecies de abedul ya la señalaron Manuel Peinado y Gerardo Moreno (1984), con una aproximación taxonómica cambiada en Flora Iberica (1990) por los mismos autores, y sobre la que todavía no se ha dicho la última palabra. Está bien determinar a que taxón corresponden los individuos del catálogo de arboles singulares madrileño. Rubus vagabundus también ha sido citado previamente de Madrid, en la flora madrileña de Javier Grijalvo (2016) y en la tesis sobre etnobotánica de la Sierra Norte de Laura Aceituno (2010), aunque no contienen citas precisas.
Algunas otras citas merecen comentario, como señalar como novedad provincial a Ornithogalum bourgaeanum sin señalar que gran parte de las citas previas de O. umbellatum, citado del mismo paraje en el atlas de las bulbosas madrileñas (Cebolla y Rivas 1994), corresponden a O. bourgeanum. Similarmente necesitaría explicación la presencia de Narcissus triandrus subsp. triandrus o Narcissus pseudonarcissus subsp. pseudonarcissus cuando las subespecies citadas del mismo paraje o el entorno, por ejemplo en el mismo atlas señalado (Cebolla y Rivas 1994), son pallidulus y confusus (=portensis) respectivamente. La diferenciación entre ambos pares de subespecies ofrece cierto solape en caracteres cuantitativos y se basa en parte en la separación geográfica, por lo que no es raro que se encuentren individuos aparentemente de una en zonas propias de las otras, o eso o se cuestiona su validez. Más chocante es la cita de Brassica repanda subsp. nudicaulis, subespecie señalada propia de tomillares, claros de matorrales, en substratos calizos con mayor o menor proporción de yeso; entre 500-1000 m (Gómez Campo 1993 en Flora Iberica), condiciones ambientales inexistentes en dicha dehesa. De ser correcta la identificación, habría que pensar en ejemplares adventicios tal vez cercanos a la carretera. También es algo chocante la presencia de Piptatherum miliaceum, la gramínea de los descampados del centro y sur de la provincia...
Otras especies únicas en Madrid presentes en dicha dehesa son Allium ursinum, Actaea spicata o Salix caprea, citadas por Miguel Ángel Bermejo (2006) imprecisamente, aunque con estudio inédito detallando su presencia actual, o Rosa dumalis s.l., señaladas por Juan Carlos Zamora y Pedro Jiménez (2013).
Cita completa del trabajo reseñado:
Lázaro-Lobo, A.; Rodríguez de Francisco, B.; Palá-Paúl, J. (2017). Approach to the floristic catalogue of the Dehesa of Somosierra and new records for the Community of Madrid (Spain). Bot. complut. 41: 29-38.
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También la cita de Myosotis debilis es algo extraña, pues es una especie, ya citada para Madrid en Flora Iberica, pero que no supera los 700 m de altitud según dicha obra.
ResponderEliminarHola Javier. Soy Rubén de Pablo. Nos conocimos en el Congreso de sevicop de hace un par de años. Me ha dado por los rosales, tras unas vacaciones en los Pirineos donde he podido conocer y reconocer casi todas las especies ibéricas, entre otras, en la Vall de Boí encontré y fotografié Rosa leyenda, que tú localizaste y citaste por primera vez para Madrid en Canencia o cerca. Continuando con mi interés, hice un largo recorrido por Somosierra, pues quería encontrar las formas glabras de dumalis, pues había leído las referencias a su presencia en Somosierra y en Pirineo todo lo que vi (y encontré muchos ejemplares) eran dumalis de hoja pelosa, pedicelos sin glándulas y denticulacion doble. En Somosierra he encontrado y fotografiado dumalis lampiñas, de denticulacion doble, muy claras, otras de lo justo dientes simples y rosas de dientes simples, pelosas, sépalos erectos, hoja pequeña, que yo asigno a rosa coriifolia. Te propongo enseñarte las fotos y a ver qué opinas. No sea que sean ostensa, ya que tú te has peleado con esta especie y no conozco a nadie que lo haya hecho. Mi correo es rubendepablo1@gmail.com
ResponderEliminarRosa ostensa, quería decir. Escribir con móvil tiene estas cosas.
ResponderEliminarHola Rubén: lamento no haberme dado cuenta antes de tu comentario. Los expertos en rosas de Somosierra son los autores del artículo Juan Carlos Zamora y Pedro jiménez (la cita completa en la página de la bibliografía). Supongo que ya lo has leido.Te escribo al correo.
ResponderEliminarSalud!