Realmente hubo poco debate, al principio incluso alguno se dedicó a
reventarlo, desde la propia mesa de ponentes, sin que fuera
justificación que desde los organizadores no se hubiera avisado a los
ponentes del sector forestal de que había hasta 10' para exponer sus
puntos de vista. Un fallo de los organizadores.
Uno pretendía tener una postura algo intermedia:
entiendo que sobran muchos pinos de Sierra Escalva, no todos, incluso de
las zonas con abundante regenerado de tejos, acebos y servales, y
entendería cierta pérdida de plántulas o pequeños brinzales (¿no podían
haberse trasplantado?) pero no comprendo que siendo especies catalogadas
no se tenga más cuidado con ellas y más cuando a mi el área de
Conservación Natural me prohibió herborizar estando contratado por el
área de Educación Ambiental para hacer el Catálogo florístico de la zona
(¿que idea de conservación natural tienen?, o de ¿como se hace un estudio
florístico?, y luego autorizan lo que autorizan). Era además una ocasión para llamar la atención sobre otras especies más amenazadas en la región de Madrid existentes (e incluso extintas) en la zona, hablar de la necesidad de los estudios florísticos, de la necesidad de corregir el catálogo de especies protegidas, etc. [presentación].
A pesar de todo se
expusieron algunos argumentos razonables por parte de Gregorio Montero
(justificando la necesidad general de la explotación forestal y de las
claras) o de Juan Ignacio García (sobre los beneficios a medio plazo de
las mismas aunque afectara a brinzales, que el uso de la maquinaria
pesada usada era lo mejor en estas zonas aterrazadas, pues permite cortar
y sacar los pinos hasta 6 m de la vía de saca sin afectar a más suelo),
pero haciendo oídos sordos a los argumentos de Fernando Vasco y Jaime Braschi que la pista realizada había afectado a
ejemplares juveniles y adultos que ya habían escapado al diente del corzo, al
parecer (?) principal amenaza de la especie, o que puede haber zonas muy
concretas donde conviene incluso tener mucho más cuidado. Es curioso un argumento utilizado, el del símil del enfermo en quirófano que luego se recupera a medio plazo (en el caso, decenas de años), para justificar que no hay que valorar ahora la actuación. Pero se puede hacer mejor. Siguiendo el símil, hoy se usan en muchos casos técnicas de lamparoscopia, poco invasivas, donde la recuperación es inmediata. Sobre la pista realizada, todavía no
terminada, esperemos que no se complete: hay que seguir presionando para
conseguir la confirmación por la administración de su cancelación.
Siendo zonas puntuales uno puede pensar que incluso no hace falta cortar los pinos y desemboscarlos: se pueden anillar unos pocos ejemplares y que las llamadas "plagas" (biodiversidad forestal) hagan el trabajo de favorecer la naturalización de las masas, como hemos visto en muchas otras plantaciones. En fin, uno tiene la impresión que hay cierto sector dentro de la escuela de ingenieros de montes (varios docentes claramente) y de la administración forestal/conservación madrileña donde lo de los catálogos de especies amenazadas es una molestia para hacer la gestión que quieren y lo mejor es ignorarlos.
Se comentó que se había pedido
un Life para "restaurar" dos de los espacios de mayor valor (junto con
otras dehesas) de la Sierra del Rincón: el Monte de la Solana y la
ribera del Jarama. Si en la Solana sorprende que no existan apenas
hayas, habiendo otra flora de gran valor y siendo contiguo al hayedo de Montejo, ¿que falta en la ribera del
Jarama?¿acaso los olmos blancos -que no negros- Ulmus laevis, claramente
introducidos en la zona central de la Península?. ¿No hay sitios
mejores para restaurar?, como todos estos pinares de plantación, aclarados
o no.
También fue interesante enterarse que ya había habido un estudio sobre estas tejedas para la Comunidad de Madrid y por la propia asociación de amigos de los Tejos y que debe yacer olvidado en algún cajón, sino perdido. Es necesario publicar/divulgar los estudios a riesgo de impactos mayores por ignorarlos.
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